Bien ardidos se notan los líderes del Partidazo, Alejandro Domínguez y Omar Bazán, quienes saben lo que representa Ariel y sus huestes, incluso la única nota importante donde han sido reanimados, es cuando hacen mención de la migración del ex presidente de Aquiles Serdán, Ariel Fernández.
Y es que el asunto no es para menos, Ariel en su campaña reorganizó una estructura de priístas cansados de los mismos líderes, que veían en él la renovación del partido, mismos líderes que ahora ven con agrado esta oportunidad y que demostrarán su valía en todo el Estado.
Ariel logró lo impensable, unir a Alejandro y Omar ante el peligro que les representa, reviviendo un tema de la auditoria que fue solventado hace tiempo, incluso recordemos que el mismo Alejandro le encomendó un puesto similar en el Partidazo para luego traicionarlo.
El documento expedido por la Función Publica de no inhabilitación, es de dominio público, al igual que la jugarreta del ex amigo, que también es conocida por propios y extraños.
En fin, este 4 de marzo será solo el principio de una de las desbandadas más grandes del PRI, y ahora con una razón más que clara, la falta de liderazgo y excesos de traiciones por los mismos líderes que han comandado ese instituto por más de 15 años.