Se les peló el muchacho que apuñaló 47 veces a su novia y la dio por muerta, pues el juez encargado de llevar el caso en el municipio de Camargo, decidió desde el mes de octubre del 2022, que las decenas de puñaladas y la perforación de un pulmón, no era un intento de homicidio, sino un caso de violencia familiar.
A pesar de los recursos legales promovidos por la familia de la víctima y por asociaciones civiles derechohumanistas, el juez insistía en que el chavalo asesino llevara su proceso en libertad.
Por fin las presiones rindieron frutos y este martes se modificaron las medidas cautelares y se determinó que Erick B. lleve su proceso jurídico en un centro para menores infractores.
Ahora el problema es que el agresor puso los pies en polvorosa y ya nadie sabe de él, lo que dejó como un payaso al juez que aseguraba que era un menor que no se podía evadir de la justicia; ahora este juez deberá de ser investigado por este caso.