
México.- Entre el 8 de diciembre de 2024 y el 2 de febrero de 2025, 224 policías municipales y dos alcaldes de diversas localidades de Chiapas han sido detenidos por vínculos con el crimen organizado. Estos funcionarios, incluyendo a dos policías estatales de investigación, están presuntamente relacionados con el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Chiapas y Guatemala, este último aliado del Cártel Jalisco Nueva Generación en la región. Las localidades más afectadas por esta infiltración incluyen Tuxtla Gutiérrez, Comitán, San Cristóbal de las Casas, y Villa Flores, entre otras.
El Fiscal General de Chiapas, Jorge Luis Llaven Abarca, destacó que muchos de los policías detenidos habían sido infiltrados por grupos criminales. A pesar de estas detenciones, las autoridades no han logrado capturar a líderes importantes del narcotráfico. La información proporcionada por la Fiscalía de Chiapas no menciona detenciones significativas de capos o figuras de alto rango en el crimen organizado, lo que genera dudas sobre la efectividad de las operaciones.
Gerardo González, investigador del Colegio de la Frontera Sur, expresó que, aunque las detenciones generaron atención mediática, aún no se ha evidenciado un cambio estructural en la lucha contra los cárteles. Aseguró que la violencia en la región sigue siendo un problema estructural y que el tiempo dirá si las acciones de las autoridades son éticas y efectivas en la eliminación de los nexos entre funcionarios y criminales.
En este contexto, la situación en comunidades como Bella Vista sigue siendo crítica. La violencia narcoviolenta obliga a los pobladores a huir, como lo hizo Luisa, una madre de cuatro hijos que, junto con otros vecinos, abandonó su hogar en enero de 2024 debido a las amenazas. A pesar de las recientes detenciones de funcionarios locales, los habitantes de estas zonas no han observado mejoras sustanciales en su seguridad, ya que los grupos criminales continúan ejerciendo control, con filtros armados que limitan los movimientos de la población.